Les hablaba –y me estoy extendiendo por encima de mi voluntad– de dos problemas muy importantes, que están muy asociados, se llaman educación y salud. Bueno, hablábamos de un médico argentino que se convirtió en soldado sin dejar de ser médico un solo minuto, fue lo que nos trajo a explicar estas cosas, y después les decía que es la educación la que convierte el animalito en ser humano. No se olviden de eso (Aplausos), es la educación la que es capaz de hacerlo que sobrepase los instintos que le vienen de la naturaleza. Es más, añado, es la educación la que podría vaciar las cárceles donde están aquellos que no recibieron educación, que no se alimentaron adecuadamente; porque hasta en nuestra propia patria, tardamos en descubrir que por muchas leyes que se hagan, por muchas escuelas que se construyan, muchos maestros que se formen, siempre habrá, por una razón o por otra mucho más que hacer por la educación de los hombres. En nuestra sociedad, porque hay cientos de miles de profesionales universitarios e intelectuales, la influencia del núcleo familiar es decisiva. Cuando usted va a una prisión e investiga a los jóvenes entre 20 ó 30 años que están en prisión, se encuentra que proceden de las capas más humildes y más pobres de la población (Aplausos), proceden de lo que podríamos llamar áreas marginales. Cuando, a la inversa, busca la composición social de escuelas que son muy anheladas y donde se llega por expediente y por notas, es al revés, la inmensa mayoría son hijos de padres intelectuales o artistas. Fíjense que no estoy hablando de una diferencia de clases desde el punto de vista económico; el problema de la construcción de una sociedad nueva es mucho más difícil de lo que pueda parecer, porque son muchas cosas que se van descubriendo por el camino. Si usted empezó luchando contra un 30% de analfabetismo y un 90% entre analfabetismo total y funcional, concentra su atención en esas tareas, y cuando han pasado los años y cuando anda en estudios más profundos de la sociedad, es cuando puede darse cuenta de la influencia que tiene la educación.Les puedo decir que en los sectores más pobres, en las áreas marginales, donde es más frecuente la disolución del núcleo familiar, esa disolución tiene una influencia grande. Por ejemplo, usted puede apreciar un 70% que proceden de núcleos disueltos, donde, incluso, hasta un 19% no vive con el padre o la madre, sino con algún familiar que se ocupa de él, y cuando ese mismo fenómeno ocurre en un núcleo de intelectuales, no se observa el mismo efecto en el hijo aquel, aunque se haya producido la disolución familiar. En general, quedan con el padre o con la madre; en nuestro país, por costumbre, con la madre, y las mujeres constituyen en Cuba el 65% de la fuerza técnica del país (Aplausos). Es así como les estoy diciendo, es un poquitico más del 65% y observa usted esos fenómenos. ¿Qué lo puede explicar, sino la educación? Es decir que el nivel de escolaridad de los padres, aun cuando se haya hecho una revolución, sigue influyendo tremendamente en el destino ulterior de los niños. Bien puede ocurrir, en determinadas circunstancias, en que los hijos de los sectores más humildes, o con menos conocimientos, no estoy hablando ya de la situación económica del núcleo, sino la educación del núcleo se encuentra que tiende a perpetuarse a lo largo de decenas de años, y uno puede decir entonces –como nosotros a veces hemos planteado en algunos casos–: Estas personas que están haciendo esta tarea o que brindan talapoyo, sus hijos nunca serán directores de empresas, gerentes, u ocuparán posiciones importantes; los esperan, en primer lugar, las prisiones.Nosotros hemos estudiado eso y unas cuantas cosas más, que no es el momento de explicar. Lo digo solo para decir que sin una revolución educacional, bien profunda, la injusticia y la desigualdad continuarán prevaleciendo aun por encima de las satisfacciones materiales de todos los ciudadanos del país (Aplausos).En nuestro país nosotros le garantizamos un litro de leche a cada niño hasta los siete años (Aplausos). A partir de esa edad y debido a nuestros recursos, le garantizamos una leche de otro tipo, ya que, afortunadamente, existen posibilidades.Ahora, esa leche la garantizamos a ese niño, a un costo de menos de un centavo de dólar (Aplausos). Con un dólar que le envíe alguien que vive en el Norte a un amigo, puede comprar la leche de 104 días (Aplausos).En nuestro país, el bloqueo nos obligó al racionamiento, ese bloqueo que ha durado 44 años (Silban); pero en nuestro país no se encontrará un niño sin escuela, uno solo no se encontrará sin escuela (Aplausos).En nuestro país, incluso, los niños que nacen con algún problema mental -y es algo que estamos estudiando en profundidad, causas que originan distintos tipos de retraso mental, si ligero, moderado, severo o profundo, cada uno con sus características; afortunadamente, son más numerosos los ligeros y moderados–, en este momento nosotros tenemos el expediente de cada uno, y no de los niños solo, sino de las ciento cuarenta y tantas mil personas de distintas edades que tienen algún problema de retraso mental. Todos los niños que tienen algún problema de incapacidad física o mental, o ciego, o sordomudo; o algo más terrible, ciego y sordomudo al mismo tiempo.Hay tragedias humanas, que para conocerlas hay que investigarlas, y nosotros no las conocíamos desde el primer día. Fue a lo largo de la práctica y luchando por la educación, como hemos luchado, que fuimos descubriendo estas cosas.Tienen escuelas especiales, hay 55 000 niños matriculados en escuelas especiales.Hemos planteado que no basta que un niño vaya a una escuela especial entre sexto y noveno grado. Hemos planteado que de esa escuela, si es un niño que no puede ir a un nivel superior de nueve a doce grados, sea bachillerato, o conocimientos técnicos, una escuela tecnológica, termine su noveno grado o el tiempo que necesite, si hace falta un año o dos más, preparado para el tipo de trabajo que pueda realizar y, además, con un empleo (Aplausos).No se puede subestimar a los muchachos que tengan ese tipo de problemas, tienen cualidades para muchas cosas, y ya no nos conformamos, no nos podemos conformar, porque seríamos inconscientes si nos limitáramos a enseñarle lo que se le puede enseñar a un niño con ese tipo de limitación, ligeras y moderadas, que son la mayoría.A todos se les atiende, cualquiera que sea el tipo de incapacidad que se tenga. Podemos tener la satisfacción de que, a pesar del bloqueo ese que tiene 44 años, no hay un solo niño con necesidad de enseñanza especial que no tenga su escuela (Aplausos). Proxima publicacion 17/12/07, Mortalidad Infantil
sábado, 15 de diciembre de 2007
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